jueves, 9 de junio de 2011

SdeH 48 Teletrabajo. ( primera parte )

Desde que el personal de esta radiodifusora se trasladó del piso 6, retomando su lugar en el piso 12, su número se ha visto reducido – aparentemente – en una forma significativa y sin embargo ello no ha afectado en forma alguna la programación y transmisiones. La respuesta es simple: teletrabajo.
El avance de la cibernética y las telecomunicaciones han propiciado esta opción. Conforme se agudiza la problemática fruto de las crecientes limitaciones energéticas, en especial, las vinculadas al transporte vehicular, éste va adquiriendo relevancia.
El teletrabajo ya ha sido analizado bajo la óptica interna de las empresas con sus pros y contras, pero escasamente – a nuestro juicio – a lo que los economistas suelen denominar como “externalidades” que implica contemplarlo bajo una perspectiva global, que vendrá a ser un factor dominante en su progresiva implantación. Ciertamente que no puede hacerse extensivo a gran número de actividades humanas, pero su desarrollo puede contribuir, en cierto grado, a que contemos en lo futuro con un modelo de desarrollo aceptable, que genere menor presión sobre las demandas de infraestructura, energéticas, propiciando un menor impacto ambiental en los más diversos rubros.
Un punto que a nuestro juicio afecta la visión actual del teletrabajo, es el centrarse en otorgar al posible uso laboral de las telecomunicaciones el papel hegemónico. Invirtamos el orden de los factores: pensemos en tareas que no impliquen el carácter presencial: que lo importante sea el producto y su comunicación eficiente. Que lo toral sea el proveer una buena panoplia de elementos de comunicación.
Siempre flota en el aire la posible desconfianza del contratador respecto al desempeño del contratado; subyace la idea de que el patrón debe de tenerlo bajo su vigilancia física, aunque diversos estudios arrojan como resultado que el trabajador, en esas condiciones – como promedio – insume cosa de un 30% de su tiempo laboral en actividades ajenas al mismo. De ser asumido, el teletrabajo obligará a revolucionar las formas de evaluación de los productos que cabe exigir al trabajador: sustituir tiempo de estadía laboral por resultados concretos. Aunque en nuestro país la posible implantación del teletrabajo está verdaderamente en pañales, en otras latitudes es motivo de concienzudos análisis al abrir una amplia y compleja perspectiva de nuevas actividades humanas. Aspectos vinculados con la vida familiar de los trabajadores, relaciones interpersonales laborales, horarios, aspectos sindicales y de prestaciones, deben de ser entendidos bajo una nueva óptica. 
Pensemos, dado el caso, en la emisión de este programa “Señales de Humo”: partiendo de la actuación “presencial” – que no es esencial, dado que el programa puede ser pregrabado o mediante control remoto – de Alfredo, Cecilia, Marcela y el operador en turno – como únicos participantes en vivo, el resto de las colaboraciones pueden haber sido gestadas mediante el teletrabajo y presentadas vía telefónica o pregrabadas.
Partiendo de lo anterior, los invito a pensar cómo sería una transmisión que implicara la necesidad de que todos los elementos integrantes del programa – incluyendo spots, rúbricas y cortinillas – tuvieran que ser generados en vivo. Simplemente no puedo imaginarlo en términos de personas, desplazamientos, cabina, producción y demás etcéteras.
Finalicemos dejando como tarea a los gestores del programa, la visión de cómo podría ser su programa verdaderamente en vivo, manteniendo la calidad de la emisión…si es que ello es humanamente posible.
Para “Señales de Humo” Emilio Vega Martín.
(CONTINUARÁ)
ENLACES:
Teletrabajo: Definiciones generales: http://es.wikipedia.org/wiki/Teletrabajo
Un estudio interesante (33 páginas) en formato PDF. http://pdf.rincondelvago.com/teletrabajo.html
Ventana Azul: Blog sobre teletrabajo: http://www.ventanazul.com/index.php

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