martes, 24 de mayo de 2011

SdeH 47 Creative Commons.

En estos días en que se celebra la llamada Cumbre de Internet en París, el tema de Creative Commons es necesariamente oportuno.
Comencemos.Con el advenimiento de la era digital, música, películas, imágenes y libros adoptan formatos electrónicos y con ello se abre – aún cuando se buscan candados que impidan su copia – el camino a la reproducción no autorizada. La piratería cibernética sienta sus reales; el software P2P (puerto a puerto) que permite la conexión directa entre ordenadores facilita aún más la difusión no autorizada de copias. La Internet contribuye también a la difusión de este material. Las compañías disqueras y cinematográficas se quejan de ese mercado que – según ellos – reduce drásticamente sus ganancias. Esta queja de las empresas hace aflorar a su vez la crítica de los creadores que dicen ser retribuidos miserablemente por éstas. Muchos artistas prefieren que sus materiales sean difundidos libremente, centrando sus ganancias en los conciertos en vivo. Las empresas se dicen condenadas a la extinción por tales acciones - cuando diversos estudios consideran que no siempre es el caso; señalan que es usual que las copias calificadas como “piratas” sirvan para la presentación previa del material y que los consumidores, habiendo aquilatado éste, proceden a adquirir en copias legales el que desean conservar. Las disqueras, contemplando el peso creciente de la Internet, han procedido a vender el material por este medio, pero a precios que las disqueras independientes que proveen vía Internet han demostrado que son excesivos. En todo este berenjenal, aparecen – todo parece indicar – como oportunistas, las Sociedades Generales de Autores nacionales que se alían a las empresas, buscando cobrar las regalías de sus supuestos representados – y como en el caso de la SGA española cometen tropelías sin cuento – exigiendo el pago por obras del dominio popular, de derechos caducados y por conciertos donde los artistas no cobran, dado que son para causas filantrópicas y esto con las obvias protestas de los artistas participantes, dado que la SGA resulta bastante renuente para transferir sus regalías a los artistas. Han cobrado también por obras que los propios autores han señalado como de utilización libre, lo que ha llevado a sus creadores a entablar procesos judiciales en contra de la SGAE. La situación alcanza perfiles kafkianos.
Ante tal situación, el profesor Lawrence Lessig, profesor de ciberderecho de la Universidad de Stanford, funda Creative Commons, (Bienes Comunes Creativos), organización no gubernamental sin ánimo de lucro, con el propósito de encontrar nuevas formas legales para el registro de obras originales. Más allá del rígido copyright, ha encontrado formas por la que el autor original autoriza reproducir su obra en diversas modalidades, ya sea el reproducirla libremente – citando siempre su fuente -, crear obras derivadas con diferentes restricciones, como no permitir el uso comercial o respetar la autoría original. Son ya 28 países en los que se ha compaginado legalmente la propuesta con los marcos legales vigentes: en México ya opera el sistema.
El sistema de licencias Creative Commons ya va captando bajo su tutela gran cantidad de creaciones; por una parte, obras de reproducción libre en las que el autor conserva – sin excepción - su autoría; otras en las que el autor quiera permitir su uso para la creación de obras derivadas: esta modalidad es particularmente interesante en el sampleo musical y otras modalidades diversas. En materia de descargas musicales vale la pena visitar el portal Jamendo, que alberga más de 300,000 piezas musicales de diversos géneros, amén de servicios de música ambiental y radiodifusoras de reproducción libre y por supuesto, la posibilidad de subir a la página nuestras creaciones.
El hecho es que se anticipa que tanto las empresas como los creadores deben de encontrar nuevas formas de relación comercial. Valga este texto como una primera aproximación a un tema de por sí espinoso.
En nuestro blog encontrarán diversos enlaces que amplían la visión sobre el tema.
Hasta la próxima, amigos.
Para “Señales de Humo”
Emilio Vega Martín.
Enlaces relacionados:
Blog Manzana Mecánica: ¿Compartir archivos está matando a la música? Los economistas dicen que no. Este blog contiene enlaces muy interesantes sobre el tema.

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