miércoles, 8 de septiembre de 2010

A propósito de las inundaciones en Tabasco y otros lares.

Este texto podría tener plena actualidad todos los años en época de lluvias. Independientemente de lo anormal del régimen de lluvias de este año, lo siguiente contribuye en alto grado al estado actual de caos prevaleciente:
Recomendaciones para lograr, de seguro, inundaciones:
  1. Tale usted las tierras aguas arriba.
  2. Despoje usted el suelo de su capa vegetal.
  3. Deje que presas y canales se azolven y con ello pierdan su capacidad: no los drague: el dragado no se ve. Mejor levante usted las cortinas de las presas y los muros de los canales: esos si se ven como obra pública.
  4. Cuando ejecute usted obras de infraestructura, no se preocupe si altera con ellas la hidráulica natural; no se preocupe si sus alcantarillas son exiguas; éstas – las alcantarillas – son costosas y la mayor parte del tiempo se ven sin uso: ¿para qué invertir en ellas: no son motivo de inauguraciones.
  5. Si con las acciones anteriores se le generan áreas inundables, aprovéchelas: inicie proyectos de viviendas tipo palafito, desarrolle cultivos como el arroz – que requieren mucha agua; o bien genere parcelas para la cría de insectos transmisores de malaria, paludismo y otras enfermedades que posteriormente puedan ser vendidos a los laboratorios farmacéuticos.
  6. Tampoco se preocupe si con sus obras altera la ecología del lugar: la flora y la fauna existentes sabrán – en su infinita sabiduría – crear nuevas formas de acomodo.
  7. Hágase de la vista gorda cuando se invadan los derechos de vía de los cauces federales: no se meta en broncas ni se ocurra advertir a los invasores de los peligros que corren. Menos aun se le ocurra consignar las áreas de riesgo en los planes de desarrollo urbano; de preferencia, ocúltelas. Confíe en la clemencia divina para que los desastres no acontezcan.
  8. No impida que los promotores inmobiliarios aprovechen las áreas degradadas por su uso como bancos de préstamo y ladrilleras para los desarrollos inmobiliarios y después, aprovéchelas para edificar en ellas, vivienda de interés social. Si estas áreas se inundan no es problema suyo.
  9. Favorezca el desarrollo urbano: pavimente todo lo que pueda, impidiendo con ello la absorción del agua de lluvia; que ésta corra libremente por calles y avenidas. No se le ocurra proponer sistemas separados para aguas negras y grises y pluviales: son muy caros. Nada de pozos de absorción: son una traba para el desarrollo urbano.
  10. No aproveche la experiencia de los técnicos en materia hidráulica que encuentre en la dependencia cuando usted asuma el cargo: córralos, dado que usted necesita esas plazas para sus cuates. Olvídese de prestar atención a los registros históricos en materia hidráulica. La hidráulica comienza con usted al cargo de la dependencia.

Después de seguir estas reglas, casi de seguro logrará la inundación que espera.

Sobre todo, no ande implementando programas de prevención de riesgos ni Atlas del mismo asunto. Siguiendo este sistema, podrá generar nuevas causas para que la solidaridad, la caridad y la industria de la filantropía nacional tomen nuevos alientos y con ello, se laven conciencias - y de paso, se acarreen votantes agradecidos. Pues, ¿qué sería de la loable labor de nuestros políticos si no existieran menesterosos que las alentaran? Piensen: los pobres son verdaderamente imprescindibles para la supervivencia del modelo de desarrollo nacional.

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